Tantos seres hay que conocemos con alas, con distintas formas y distintas vibraciones… Cuánto podemos aprender de cada uno de ellos…
Las aves, seres maravillosos de este mundo tienen tanto para enseñarnos e inspirarnos. Podemos tomar tantas lecciones de cada una de ellas… Y hoy quiero compartir con ustedes, dos reflexiones, de seres opuestos en tamaño y fuerza pero con mensajes increíbles para todos quienes somos parte de este mundo…
El colibrí, de colores bellos y pequeños tamaños, puede volar a velocidades increíbles y para vivir consume el néctar y polen de las flores… Cuán vital es para el ciclo de la vida la polinización del colibrí, cuánto bien trae a nuestra naturaleza… Pero no sólo este pequeño pajarito nos ayuda a nivel ecológico, sino que además nos enseña una lección de vida tremenda “El aquí y el ahora”. Existiendo cientos de flores, el colibrí es capaz de posarse en una sola de ellas y concentrarse disfrutando solamente de la flor en que se encuentra, sin buscar nada más interesante, siendo uno con la flor sobre la que se ha posado y disfrutando del néctar que la flor amablemente le entrega…
Y de las flores y los prados, podemos pasar a las montañas y a las alturas. Contemplar en el silencio, el vuelo de las águilas… El águila, un ser de gran tamaño, símbolo de gran poder, vive en promedio 70 años. Para llegar a esa edad, alrededor de los 40 años, el águila debe tomar una importante decisión: realizar un proceso doloroso de renovación para seguir o simplemente dejarse morir.
A los 40 años, el águila tiene su cuerpo envejecido, sus plumas desgastadas que impiden su correcto vuelo, su pico y garras ya no le permiten alimentarse… Para poder avanzar, el águila durante varios meses pasará por un proceso de transformación doloroso, deberá romper su pico, para que crezca uno más fuerte… se arrancará sus alas, para que crezcan unas nuevas con las que poder volar con más fuerza y romperá sus garras, para que estás puedan crecer nuevamente y tener la resistencia que necesita para poder vivir… Después de pasar estos meses, el águila emprenderá nuevamente su vuelo y será capaz de volver a vivir el doble de su vida y llegar más lejos…
¿Cuántas veces nos hemos visto expuestas, sin elegir necesariamente, a situaciones de gran pesadumbre, dolor y aflicción? ¿Cuántas veces la vida nos sorprende con lecciones para las cuales creemos no estar preparadas? Cuando sientas dolor, recuerda en nosotras, está el poder de decidir qué hacer en los escenario de mayor dolor… ¿Queremos dejarnos vencer y evadir nuestra realidad? O queremos aprender de cada situación, dolor y sufrimiento, para poder emprender un nuevo viaje y llegar nuevamente más alto…
Porque la vida sólo quiere darnos la oportunidad de llegar más lejos, de liberar nuestra divinidad y llegar a descubrir las maravillosas personas que somos…
Así como el águila cuando comienza su tiempo de desgaste, tomemos cada oportunidad para renacer y generar un nuevo crecimiento. Porque después del periodo frio y oscuro invierno, vendrá la primavera con todos sus divinos regalos. Porque somos merecedoras de muchas cosas bellas, oportunidades y experiencias. Será, luego del invierno, nuestra oportunidad de poder brillar… Y cuando la primavera surja con toda su fuerza seamos como el colibrí, que nos enseña que no podemos estar en todas parte y al mismo tiempo, seamos como el colibrí y disfrutemos del momento presente, que fluya nuestra energía y nos concentremos y aprovechemos lo que hoy tenemos, sin permanecer buscando de algo, en otro lugar, que nos haga sentir insatisfechas con el momento que hoy nos toca, no desgastemos nuestra energía en el sólo pensar en estar en otro lugar y momento… Como el águila y el colibrí, seamos capaces de mirar nuestro momento y elegir liberar nuestra luz, para poder disfrutas y alcanzar la divinidad que nos corresponde…
Me encantaría leerte y saber qué sientes al leer esta entrada. Cuéntame si ya conectaste con tu animal de poder ¿qué te ha enseñado?.
Gracias por llegar hasta acá
Me encanto el texto y la reflexión. Me parece que demuestra y afirma tremendamente el proceso que vivimos como seres vivientes, la conexión que tenemos con la fauna es digno de admirar y que hermoso sería reencarnarnos y conocer más de ello.